Según la fiscal delegada de Menores para la Comunitat Valenciana, Gema García, todos los días llegan delitos perpetrados con el teléfono móvil a su área de menores. Así lo aseguró el pasado día 7 de agosto durante un curso de verano que la Universidad Católica de Valencia celebraba en Santander. Entre este tipo de delitos se incluyen denuncias referidas a casos de sexting y grooming, explicó García .
La fiscal añadió que el acoso escolar también ha pasado a las nuevas tecnologías dando lugar al llamado ciberbullying, que puede implicar «delitos como injurias, amenazas o contra la intimidad o la integridad personal a través de las redes sociales». Por ello, considera que «no se debería permitir que los menores de 14 años dispusieran de un teléfono con conexión a Internet» para evitar que puedan ser víctimas o incluso autores de estos delitos.
Esa es la edad de responsabilidad penal y según alertó García, hay niños de 10 años que usan estos teléfonos inteligentes sin que los padres les den la «formación necesaria para el conocimiento de los límites».
Imagina que tu pareja o un amigo o incluso un desconocido por la calle te sacan una foto. La suben a Instagram con la hashtag#hotstagram e inmediatamente, puede que sin tu conocimiento, estás participando en un concurso de belleza mundial, una especie de Miss/Mister Universo digital. Esta nueva amenaza a la privacidad nace de la combinación de los teléfonos móviles con cámara digital y conexión a Internet (típicamente smartphones) y de las redes sociales.
La red Instagram está repleta de mujeres que suman miles de seguidores publicando fotos suyas en poses eróticas. En ocasiones los que publican las fotos no son las propias fotografiadas sino amigos o parejas. También existen numerosas fotos de famosos, actrices, modelos… Fijándose en estas mujeres, un joven de 27 años con el alias Captain Kirk decidió crear el servicio Hotstagram, una especie de Hot or Not actualizado a la era de las redes sociales móviles. Su objetivo: encontrar el chico y la chica más sexy de Instagram.
Cuando un usuario entra en el web se encuentra con un ranking de las más votadas. Se puede comprobar que muchas de las fotos son autofotos del tipo mirrorpic, es decir, una de las modalidades del sexting. La competición se desarrolla a base de duelos entre pares de imágenes de las diferentes candidatas que el autor recaba de las cuentas de Instagram que utilizan determinadas etiquetas. Así pues, si alguien sube tu foto con una de esas etiquetas, estás dentro, quieras o no quieras. Ni siquiera hay constancia de que el responsable del web filtre las fotografías de menores de edad. Además el web proporciona los datos de la cuenta de origen, con lo cual se dispone de información acerca de la persona fotografiada. La única medida de ¿seguridad? es una banderita junto a las fotos que sirve para pedir su retirada, claro que después de que la hayan visto y votado posiblemente varios miles de personas.
La nueva amenaza para la privacidad y la imagen está servida.
Un estudio del Child Exploitation and Online Protection Centre británico afirma que en Inglaterra el 38% de los chicos entre 11 y 17 años han recibido mensajes de móvil o de correo electrónico con contenido sexual explícito y que el 40% de las chicas de 14 y 15 años no ve nada malo en sacarse una foto en topless.
Tras conocerse los resultados de los últimos estudios presentados en distintos países con relación al creciente y peligroso fenómeno del sexting, PantallasAmigas ha dado un nuevo impulso a la campaña preventiva que viene desarrollando a través de Sexting.es con respecto a esta arriesgada tendencia.
el 38% de los chicos entre 11 y 17 años han recibido mensajes de móvil o de correo electrónico con contenido sexual explícito y el 70% conocían al remitente
el 40% de las chicas entre 14 y 15 años no ven nada malo en sacarse una foto en topless, y 1 de cada 6 (16,7%) no considera inapropiado posar completamente desnuda para otras personas
casi la mitad de los adultos británicos habrían mandando este tipo de mensajes alguna vez en su vida
«El problema a la vista de estos datos está claro», afirma Jorge Flores , director de PantallasAmigas. «Hay jóvenes que no ven nada malo en producir o provocar sexting y hay gente que no duda en transmitirlo. Así, llegamos a una tipología clásica: la imagen —robada o entregada en el seno de una pasada relación ya rota— comienza a circular, se extiende o incluso salta de un círculo cerrado a Internet, con lo que el derecho a la intimidad de quien protagoniza las imágenes queda seriamente lesionado y la difusión de éstas es prácticamente imposible de detener. Esto puede conllevar burlas, comentarios lesivos u otro tipo de agresiones psicológicas hasta llegar a casos realmente dramáticos de ciberbullying. En otras ocasiones, la imagen no se hace pública pero llega a manos inadecuadas y se inicia un caso de sextorsión como suele ocurrir con las imágenes robadas desde la webcam. En otras ocasiones, las imágenes funcionan de reclamo o condicionante para el acoso sexual o grooming.»
La trilogía del Sexting
PantallasAmigas lleva desde 2009 tratando de prevenir el creciente problema del sexting e incidiendo en tres recomendaciones para luchar contra el mismo. Los siguientes tres vídeos las resumen y explican con ejemplos en dibujos animados:
¿Qué es el Sexting y cuáles son sus implicaciones?
La palabra sexting (fusión de sex y texting) comenzó haciendo referencia al envío de SMS de naturaleza sexuales y, con la evolución multimedia de los teléfonos móviles, se ha ampliado y centrado en el envío de fotografías o vídeos con contenido sexual. No obstante, dentro de tan amplio espectro conviene ver ciertos matices, según se apunta desde PantallasAmigas:
origen de la imagen: puede ser producida por el propio protagonista, por otras personas de forma consciente y consentida por aquel o, en último caso, robadas. Una cuestión paralela a considerar es si las imágenes eran preexistentes y entraron en el circuito del sexting provenientes de otras fuentes de acceso público, como Internet, o privado, como dispositivos de almacenamiento digital de información (pendrive, teléfono móvil, PDA…)
contenido de la imagen: en ocasiones no es fácil definir la carga sexual de una imagen y calificarla de inocente, atrevida, erótica o pornográfica.
identificabilidad: si la imagen permite o no identificar de forma inequívoca a la persona que en ella figura.
edad de quien protagoniza la imagen: en caso de anonimato, hay ocasiones en que no resulta fácil definir la minoría o mayoría de edad de quien aparece.
edad y circunstancias del resto de intervinientes: receptores, emisores y redistribuidores de la imagen.
Todos estos factores pueden influir tanto en el daño potencial que sufra el/la protagonista —en un porcentaje abrumador, se trata de chicas— de la imagen como en las responsabilidades de quienes, de una u otra manera, participan en el proceso.
El 4,3% de los menores ha recibido imágenes sugerentes de personas de su entorno (sexting pasivo), y un 1,5% reconoce haberse hecho a sí misma/o fotografías de carácter sexy (sexting activo).
El sexting activo es más practicado por chicas (2,2%) al contrario que sexting pasivo, más practicado por los chicos (5,1%).
Estados Unidos
Un estudio publicado en la revista Pediatrics sobre el sexting entre los menores estadounidenses, reveló que sólo el 1% envían imágenes sexualmente explícitas (es decir, que muestran pechos desnudos, genitales o el culo, según la definición del estudio) que podrían ser constitutivas de delito de pornografía infantil según las leyes de los EE. UU.
Otros datos revelados por el estudio fueron:
7% afirman haber recibido imágenes de otras personas desnudas o casi-desnudas.
El 5,9% las han recibido sexualmente explícitas.
De los que recibieron imágenes de sexting, el 56% eran chicas, y el 55% tenían 16 ó 17. Ninguna tenía menos de 12 años.
El 9,6% aparecía en imágenes desnudo o casi desnudo, o las había sacado o recibido (es decir, había estado implicado de alguna manera en un caso de sexting).
El 2,5% aparecía en dichas imágenes o las había creado. De esos, el 61% eran chicas, el 72% tenían 16 o 17 años y sólo el 6% tenían 10, 11 ó 12 años.
Del total de los entrevistados, el 1,8% se había sacado a sí mismo/a, el 0,3% había sido grabado/fotografiado por otra persona y el 0,4% había grabado/fotografiado a otro menor.
De los que salían en las imágenes o las habían sacado sólo el 54% mostraba pechos, genitales o culo desnudos.
Entre los que las recibieron, ese tipo de imágenes suponía el 84%.
El reenvío es poco frecuente: fueron distribuidas o publicadas en Internet en el 10% de los casos de sexting activo y sólo en el 3% de sexting pasivo.
El sexting activo sucedió:
Una sola vez en el pasado año, para el 41%.
Dos veces para el 23%.
De 3 a 5 veces para el 26%.
6 veces ó más para el 10%.
El sexting pasivo sucedió:
Una sola vez en el pasado año, para el 39%.
Dos veces para el 33%.
De 3 a 5 veces para el 22%.
6 veces ó más para el 6%.
En una encuesta realizada por Associated Press y el canal de televisión MTV uno de cada tres adolescentes y adultos jóvenes encuestados reconoció haber tomado parte en el sexting. El 61% de ellos reconoció que el sexting es «un problema» para los internautas su edad. Solamente el 10% de los encuestados que dijeron que habían intercambiado mensajes sexuales con personas que sólo conocen de Internet. En un estudio similar realizado en 2009 esa cifra era del 29%.
De los casos en que había un adulto implicado, la mitad de esos adultos tenían entre 18 y 25 años. En un 5% de este tipo de casos eran los menores quienes enviaban sus desnudos a los adultos en busca de sexo, es decir, casi un 2% del total de casos analizados.
En el 6% del total de casos el comportamiento era gravemente delictivo al implicar sextorsión o abuso sexual entre los propios menores.
En el 17% del total de casos se había producido distribución del sexting sin autorización.
En su mayoría (63%) los casos no pasaron más allá de los teléfonos móviles, es decir: no acabaron en Internet.
En dos de cada tres casos las imágenes mostraban los genitales o relaciones sexuales, y por tanto serían pornografía infantil según las leyes federales de los EE. UU.
El intercambio de imágenes de sexting juega un papel relevante en las relaciones sexuales ilícitas entre adultos y menores.
Investigadoras de la Universidad estadounidense de Rhode Island realizaron una encuesta entre jóvenes en edad universitaria y encontraron que 2/3 (67%) habían realizado sexting y el 78% también lo habían recibido. El 17% incluso lo había reenvíado a terceras personas.
México
Una encuesta de la organización mexicana ASI reveló que el 90% de las personas que envían sexting, autofotografiándose en poses eróticas o desnudas, son mujeres. En una amplia encuesta realizada a más de 10.000 estudiantes mexicanos de cuarto de primaria hasta tercero de secundaria (el 85% tenía entre 12 y 16 años) dio a conocer que casi el 8% de estos jóvenes reconocen haber enviado imágenes suyas desnudos o semidesnudos a conocidos o extraños. El 36,7% de los encuestados dijo conocer a alguien que ha enviado o reenviado imágenes de ese tipo, y el 10,2% reconoció haber enviado mensajes de e-mail o de SMS con insinuaciones sexuales (sexting textual).
Luz María Velázquez Reyes, del Instituto Superior de Ciencias de la Educación del Estado de México, comunicó en noviembre de 2011 las siguientes cifras después de entrevistar a 708 estudiantes (232 de bachillerato y 476 de licenciatura):
80% habían visto imágenes de personas semidesnudas o desnudas en las redes sociales.
20% se tomó fotografías o videos sexualmente sugestivos.
20% recibió invitaciones para retratarse en poses eróticas o pornográficas.
El 45% compartió material erótico recibido por teléfonos celulares.
10% lo ha publicado en sus perfiles o lo ha enviado a sus contactos.
60% recibió imágenes o videos con estas características.
En el 25% de los casos, los jóvenes los comparten con su pareja, y el 10 por ciento, con personas cercanas.
El 55% de los encuestados conoce a alguien que guarda fotografías o videos de novias.
En los últimos meses se han dado a conocer diversos estudios en el Reino Unido que ofrecen una perspectiva actualizada del alcance del sexting en dicho país. Ofrecemos aquí un resumen de los mismos:
Según el Child Exploitation and Online Protection Centre británico, el 38% de los chicos entre 11 y 17 años han recibido mensajes de móvil o de correo electrónico con contenido sexual explícito y el 70% conocían al remitente.
El 10% de los que envían SMS sexuales se ha equivocado alguna vez de destinatario. El estudio realizado en el Reino Unido destaca que casi la mitad de los adultos británicos habrían mandando este tipo de mensajes alguna vez en su vida.
Agentes de policía que vigilan las redes de pornografía infantil online han detectado desde finales de 2010 un incremento en las autofotos (y vídeos) que son robadas y terminan en estos círculos. Según el CEOP británico, existen miles de horas de grabaciones indecentes de webcam de chicas británicas que han terminado en webs de este tipo.
Según un estudio realizado entre chicas de 14 y 15 años, el 40% no veían nada malo en sacarse una foto en topless, y 1 de cada 6 (16,7%) no consideraba inapropiado posar completamente desnuda para otras personas. El 30% de las chicas que han recibido un mensaje de sexting reconocen que no sabían quién era la persona que se lo había enviado.
Desde el Oldham Safeguarding Children’s Board (Manchester) afirman que de media 2 colegios por semana del área del Gran Manchester (2,6 millones de habitantes) acuden a ellos para pedir ayuda con problemas relacionados con el sexting y que la cifra va aumentando. Entre estos casos ya han comenzado a detectar los primeros en escuelas de Primaria.