La AI y PantallasAmigas se han dirigido a Google para demandar la retirada de fotografías que podían corresponder al flashing de Amanda Todd, víctima de ciberacoso. Por su interés, reproducimos a continuación la petición:
Estimados Srs., como ya conocerán, el pasado 10 de Octubre de 2012, saltó la noticia del suicidio de la niña canadiense de 15 años, Amanda Todd, víctima de bullying y ciberbullying, y queremos informar, a través de la presente, de que hemos tenido conocimiento de la existencia de fotografías que podían corresponder al “flashing” (mostrar torso desnudo) de Amanda Todd en resultados proporcionados por Google.
La cuestión legal, en el sentido de que se trata de fotografías que fueron tomadas -capturadas desde la webcam- y distribuidas sin consentimiento de la menor, creemos que podría moverse entre los tipos penales del acoso sexual y la pornografía infantil; la cuestión civil del derecho al honor, intimidad y propia imagen y, la cuestión administrativa del derecho a la protección de datos (también en su manifestación conocida como “derecho al olvido”). Pero sin entrar a realizar una calificación legal precisa de los hechos, sí queremos informarles sobre dichos resultados proporcionados por Google que, sin embargo, no se encontrarían ya en su ubicación original. Aunque hubiera sido deseable haber podido hacer algo mucho antes, queremos ahora poner en su conocimiento estas cuestiones, e instarles a intervenir en la medida de lo posible.
En relación con todo aquello que afecta a los menores de edad, sería deseable el establecimiento de protocolos de actuación de urgencia, suficientemente efectivos, que permitan a las autoridades competentes resolver cuando proceda la retirada de contenidos que faciliten el ciberacoso. Asimismo, les instamos a promover toda iniciativa gubernamental que pueda activar mecanismos eficientes de salvaguarda de los derechos de la infancia y la adolescencia.
Quedamos a su disposición en todo aquello que pudiéramos serles de ayuda.
Atentamente,
— Víctor Domingo. Presidente Asociación de Internautas
— Jorge Flores Fernández. Director de PantallasAmigas
Amanda Todd, una chica canadiense de 15 años fue encontrada muerta la semana pasada, apenas un mes después de haber grabado y publicado un vídeo en Youtube en el que denunciaba estar sufriendo ciberbullying a raíz de un caso de sexcasting (había sido engañada para mostrar sus pechos en la webcam con 12 años y la imagen circuló fuera de su control). Su madre, que trabaja de profesora, ha declarado que desea que el vídeo, titulado My Story: Struggling, bullying, suicide and self harm (Mi historia: lucha, bullying, suicidio y autolesión), permanezca en Internet tras la muerte de su hija para contribuir a evitar nuevos casos como el de Amanda: «Es lo que mi hija habría deseado», explicó en Twitter. El vídeo ha sido visto hasta el momento por más de 3 millones de personas y ha recibido casi 70.000 comentarios de usuarios de Youtube.
Ya se han creado páginas de homenaje en Facebook y hashtags específicas en Twitter para recordar a Amanda, aunque también se siguen recibiendo mensajes crueles de burla, mostrando de nuevo que el ciberbullying post-mortem no es infrecuente. También hay personas que disculpan a quienes acosaron a Amanda Todd en Facebook, argumentando que no tienen ellos la culpa de que enseñase los pechos y publicase datos personales en Internet. Eso sucedió cuando ella estaba en 8º curso (12 años) y una captura de ella mostrando brevemente los pechos por la webcam (durante una sesión de videochat en el web BlogTV) fue distribuida entre sus familiares, amigos y compañeros de colegio por alguien que la intentaba sextorsionar. Aunque cambió varias veces de centro escolar para huir del linchamiento y aislamiento social que sufrió como consecuencia, el bullying la perseguía. «Ya no puedo recuperar esa foto. Estará en Internet para siempre», escribió la joven en su vídeo de denuncia, donde explica el intento de sextorsión: en un mensaje recibido por Facebook una año después de haberse mostrado en topless en BlogTV, su acosador le dijo: «Si no haces un show para mí (en la webcam), enviaré [la foto con] tus tetas». Las amenazas se cumplieron y este hombre llegó incluso a poner dicha foto como su perfil en Facebook (algo supuestamente prohibido y controlado por los responsables de esta red social).
Según la madre, el hombre para quien Amanda se había mostrado en topless vía webcam continuó acosándola, fingiendo ser un estudiante y añadiendo en Facebook a los compañeros de la joven, tras lo cual les enviaba el vídeo con el desnudo de la menor. Este llegó incluso a sus profesores.
Tiempo después de aquella difusión de la imagen de sus pechos y en el contexto de su búsqueda de aceptación y de amigos tras un nuevo cambio de colegio, Amanda fue golpeada por un grupo de chicos y chicas que, además, grabaron la agresión. Aquel día acabó inconsciente en una zanja, donde la encontró su padre: una vez en casa se intentó suicidar bebiendo lejía. Sus acosadores y agresores, en una muestra de extrema crueldad, se burlaron de ella etiquetándola en Facebook en fotos de botellas de lejía y publicando mensajes diciendo que ojalá muriese. Amanda había buscado refugio en las drogas y el alcohol, pero reconoce en el vídeo que esto sólo sirvió para aumentar su nivel de ansiedad. Ahora llevaba tiempo acudiendo a tratamiento psicológico.
El legado que deja la chica canadiense también inlcuye una presentación en el web Prezi donde daba consejos para actuar ante el ciberbullying, que dirigía a padres y chicos que presenciasen casos como el suyo. «Si ves que alguien está siendo acosado, no dudes en decirle al abusón que pare. Asegúrate de que sepa que lo que hace está mal y que no deberían acosar a otros chicos», aconseja Amanda en la presentación, donde también pide a los padres que «siempre den apoyo emocional a sus hijos».
«Quería también ayudar a los padres a que estén alerta, que enseñen a sus hijos cómo estar seguros en la red. Los chicos tienen iPads, iPhones, smartphones… la tecnología es mucho más accesible ahora, ese es el factor de riesgo», declaró Carol Todd, la madre de la joven.
La policía canadiense ya inició la búsqueda tanto del hombre que sextorsionó a Amanda y difundió la foto, como de los jóvenes que la acosaron y agredieron. El grupo hacktivista Anonymous ya ha publicado en Internet el nombre y dirección de un hombre de 32 años que según ellos es el culpable de sextorsionar a Amanda. Las autoridades han advertido contra las amenazas y posibles actos justicieros que se puedan dirigir contra esta persona. Mientras, la familia de Amanda ha pedido a la gente que colabore aportando información para denunciar a las personas que humillaron a su hija antes y después de su muerte, quienes podrían enfrentarse a cargos por acoso criminal.
No obstante, se ha dado a conocer que ya hace un año que las autoridades canadienses estaban al tanto de la difusión de la imagen de la menor, tras una denuncia que un internauta hizo llegar a una organización anti abuso infantil de aquel país. Según han informado, han recibido desde 2005 casi 700 denuncias por casos semejantes de grooming. Otros medios han denunciado que los casos de sextorsión a adolescentes que se muestran en el web de videochat/videoblogging BlogTV son frecuentes.
Este vídeo ha sido subtitulado al español por PantallasAmigas. Si no ves los subtítulos activados al comenzar el vídeo, puedes activarlos en el botón de subtítulos que aparece una vez comienza la reproducción, en la parte inferior derecha.
Tyler Clementi, alumno de primer curso en la Universidad de Rutgers (Nueva Jersey, EEUU), murió tras saltar del puente de George Washington después de que unos compañeros grabasen con una webcam y emitiesen por Internet un encuentro sexual de este chico de 18 años con otro hombre. Los presuntos autores, el compañero de cuarto y otro compañero de clase, han sido acusados de atentar contra la intimidad y se enfrentan a posibles penas de hasta 5 años de prisión, con posible agravante como crimen de odio contra los homosexuales. Uno de ellos incluso intentó realizar una nueva trasmisión de otro encuentro sexual de Clementi justo el día antes del suicidio.
Este chico escribió en su cuenta de Twitter: «Mi compa de cuarto me ha pedido que le deje la habitación hasta medianoche. Fui al cuarto de Molly y encendí mi webcam. Le vi haciéndoselo con un tío!» Anteriormente había contado a sus amigos vía chat que en la universidad le iba bien y que su compañero de cuarto era guay.
El caso ha conmocionado especialmente a la comunidad homosexual: «Si hubiese tenido relaciones con una mujer esto no hubiese pasado», afirmó una compañera de la universidad.
Según datos recopilados por Associated Press, ha habido al menos 12 casos en los EEUU desde 2003 en los que muchachos de entre 11 y 18 años se han suicidado a causa de diversas formas de ciberbullying: entre ellos están el conocido caso de Megan Meier (13 años) y el reciente de Alexis Pilkington (17).
Según Gregory Jantz, fundador de un centro de salud mental en Seattle, muchas veces los autores de estos ciberabusos no se dan cuenta del daño potencial porque han crecido en un mundo en el que se ha difuminado la frontera entre los público y lo privado.
La experta Parry Aftab, añade que chicos que nunca harían este tipo de cosas cara a cara lo hacen en la Red por la falsa sensación de anonimato e impunidad que ofrece.
Artículo de Vincenza Previte, colaboradora de PantallasAmigas
Mucho antes de que nuestra sociedad empezara a utilizar los mensajes cortos de texto (SMS) como una nueva forma de comunicación, las conversaciones y los gestos eran herramientas básicas para el coqueteo entre hombres y mujeres. Hoy en día, muchos adolescentes y jóvenes adultos han encontrado una manera más sensual de expresar interés hacia otra persona. Esta nueva forma de coqueteo se llama “sexting”, que es el envío de fotos, videos y mensajes eróticos a través de SMS.
La sexóloga norteamericana, especialista en relaciones de pareja, Arlene Krieger asegura que las chicas adolescentes están más dispuestas a coquetear y practicar sexting que los chicos. Según Krieger, las chicas adolescentes sienten que mandando SMS con fotografías eróticas suyas, son más aceptadas y populares entre chicos.
El sexting también es considerado por muchas personas como una forma divertida de mantener una relación de pareja activa sexualmente. Sin embargo, aquellas personas que practican sexting deben ser muy cuidadosas con lo que envían porque siempre existe la posibilidad de que el contenido sexual del mensaje sea visto por personas que estén fuera de la relación sentimental.
“Se debe ser extremadamente cuidadoso con el contenido que se manda desde un teléfono móvil”, dice A. Wichern, una joven norteamericana de veinticuatro años que practicó sexting con su novio cuatro años atrás.
Wichern intercambió mensajes atrevidos y algunas fotografías provocativas con su ex novio porque pensó que esto avivaría el deseo sexual entre ambos.
“Sexo telefónico es muy de los noventa”, considera Wichern. “El sexting va más acorde a nuestra época”.
Wichern asegura que el contenido sexual que mandó a su novio a través de SMS, no fue utilizado en su contra después de que terminara la relación. Sin embargo, muchas adolescentes que han practicado sexting, y han mandado fotografías atrevidas a sus parejas, no han sido tan afortunadas, pues sus fotos han sido difundidas en la Red.
Tal es el caso de una joven de 18 años de Ohio, Estados Unidos, llamada Jesse Logan quien se suicidó en julio de 2008 después de que fotografías eróticas suyas fuesen expuestas en el instituto donde estudiaba. Logan practicó sexting con su novio pero cuando su relación acabó, éste envió las fotografías eróticas de Logan a otras muchachas que estudiaban con ellos.
Según una edición del Today Show, un programa norteamericano de noticias del canal televisivo NBC, Logan trató de ignorar la humillación que sufrió, continuó asistiendo a clases y concluyó sus estudios de secundaria. No obstante, después de acudir al funeral de una joven que se había suicidado, decidió hacer lo mismo.
El instituto donde estudiaba Logan no tomó medidas en contra de las personas que difundieron las fotografías ni sancionó a su ex novio.
En Estados Unidos, a los adolescentes menores de dieciocho años que difunden fotos eróticas en la red se les podría aplicar cargos de pornografía infantil, y ser incluidos en una lista de depredadores sexuales por varias décadas. Las leyes federales y de estado referentes a la pornografía infantil no eximen a los menores de edad que crean y distribuyen imágenes sexuales explícitas, aunque éstas sean de ellos mismos.
Según un reportaje transmitido en marzo de este mismo año en la cadena de noticias CNN, en algunos estados de Norteamérica, tales como Nebraska, Vermont y Utah, se han promulgado leyes con castigos más flexibles a jóvenes que han distribuido imágenes eróticas a través del teléfono móvil. En otros estados, los legisladores también han considerado sancionar a jóvenes con una falta en vez de aplicar un delito penal.
En España, las leyes relacionadas con los adolescentes que practican sexting son estrictas. Sin embargo, son más flexibles en comparación con las leyes norteamericanas. Las leyes españolas de pornografía infantil para adultos son aplicables a adolescentes entre 12 y 18 años. No obstante, las sanciones que se imponen a los adolescentes son diferentes, y se gradúan acorde a la gravedad de cada caso.
“Cuando se habla de menores de edad existe mucha subjetividad en cada caso”, explica Ofelia Tejerina, abogada y especialista en el uso legal de Nuevas Tecnologías. “El juez es quien va a determinar la gravedad de los hechos y la sanción que corresponde, dependiendo del caso concreto. No es igual tomar una foto de un desnudo que captar un acto sexual explícito y además, difundir esta imagen”.
Tejerina asegura que, en España, las sanciones para adolescentes tienen un propósito educativo. Sin embargo, en los casos donde se cometa un delito grave como violación u homicidio, la finalidad será de castigo. En caso de que esto suceda, el menor tendrá que asumir responsabilidades acordes con la gravedad de sus actos.
Según un estudio realizado en diciembre de 2009 por el Pew Internet and American Life Project, un grupo de investigación norteamericano sin fines lucrativos, el 15 % de los adolescentes que tienen teléfonos móviles han recibido SMS con contenido sexual. Sin embargo, estudios realizados antes de éste han mostrado porcentajes más altos relacionados con los casos de sexting.
En 2008, la campaña norteamericana para prevenir el embarazo indeseado y Cosmogirl.com, realizó una encuesta en la red con un total de 1.280 encuestados. La encuesta concluyó que el 21 % de chicas y el 18 % de chicos adolescentes han enviado o publicado imágenes de desnudos o semidesnudos de ellos mismos.
Entonces, ¿por qué los adolescentes siguen practicando sexting?
Según Krieger, niños y adolescentes hoy en día maduran más rápidamente en comparación con años anteriores como resultado del desarrollo de la sociedad. En la actualidad, más parejas se están divorciando y más niños se están quedando solos en casa, lo cual ha hecho que ellos mismos se eduquen en un mundo donde la red tiene un papel fundamental en la vida diaria de las personas.
Krieger comenta que padres debieran hablar del sexting y de sus peligros con sus hijos antes de que cumplieran los diez años. También añade que padres deberían supervisar lo que hacen sus hijos al llegar a la adolescencia.
“Esta muy mal que niños de 12 años, que no entienden las consecuencias de sus acciones, ya estén practicando sexting”, advierte Krieger. “Ahora, más que nunca, padres debieran educar a sus hijos porque una vez que una imagen se disemine en Internet, no hay mucho que se pueda hacer”.
Recientemente conocimos el caso de un hombre que había contactado con una menor a través de la red social de Internet Tuenti y luego la amenazó con enseñar las imágenes comprometidas que ella le había enviado para conseguir la cita en la que presuntamente la violó.
Los más expuestos son los jóvenes entre 13 y 17 años, según Jorge Flores Fernández, director de PantallasAmigas, una iniciativa de promoción de la seguridad de los jóvenes en las nuevas tecnologías. «Lo hacen para ligar, coquetear, o simplemente relacionarse y divertirse. Otras veces lo hacen por la presión del grupo, el sentimiento de pertenencia o el deseo de transgredir. Pero, en general, no ven las consecuencias. No creen que las imágenes vayan a salir. Pero salen, algunas veces, incluso, como una broma», afirma Flores.
El psicólogo Javier Urra, primer Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, corrobora la motivación de los adolescentes. «Es una manera de sentirse aceptados en el mundo virtual, consideran que es su forma de hablar y que los adultos se asustan porque no las entienden. Es su espacio de autonomía, su mundo íntimo». El 85% de los menores entre 10 y 15 años conectados a Internet, según un reciente estudio del Observatorio de la Seguridad de la Información, responde que no sabría qué hacer ante un caso de acoso en la Red, indica Urra.
La última práctica de riesgo a la que se ha dado nombre es el sexting, o envío de este tipo de fotografías a través del teléfono móvil. Jorge Flores cree que, en este caso, «el problema es mayor porque hay menos percepción de riesgo y los adolescentes tienen muy poca cultura de la privacidad». El psicólogo cree que, para los nativos digitales, manejar conceptos como la privacidad de lo personal es muy complicado: «Creo que habrá un efecto rebote y se estabilizará, pero se necesita tiempo».
El envío o tenencia de fotografías comprometidas de menores «pueden constituir un delito de pornografía infantil, aunque sea entre los propios menores», asegura el director de Pantallas Amigas.