Sexting: un nuevo riesgo para los menores

Comunicaciones sexuales por medio de teléfonos móviles


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Reino Unido: para los adolescentes no hay diferencia entre su sexting y el porno duro que ven en Internet

Según un estudio de la organización británica NSPCC los adolescentes que reciben imagenes de sexting de otras personas las comparten porque creen que son el equivalente a los recortes de revistas pornográficas que se compartían antaño. No son capaces de diferenciar entre imágenes de contenido erótico o pornográfico profesional (realizadas por actores y actrices profesionales de la industria del entretenimiento para adultos), y las imágenes de compañeros y compañeras que han escapado del contexto en el que supuestamente se compartieron.

La influencia de la industria pornográfica, y más concretamente la que produce pornografía dura (hardcore), no termina ahí: el contenido de las imágenes que se comparten como sexting está inspirado por las secuencias y costumbres observadas en el porno más hardcore, lo que les hace creer también que esas posturas y acciones son normales y aceptables: aceptables tanto para quien las produce, como para quien las recibe y las acaba redistribuyendo.

Los vídeos musicales también alientan a los jóvenes a realizar ciertas acciones donde normalmente el hombre trata a la mujer de forma denigrante, según alerta el informe. Combinado con la edad y el exceso de hormonas que viene asociado a la adolescentes, tenemos un cocktail explosivo que ha multiplicado el contenido explicitamente sexual enviado y recibido por los adolescentes. Para los adolescentes, además, enviar y recibir imágenes de su cuerpo es parte del modo actual de flirtear. Sin embargo, muchas chicas aún se resisten a las peticiones de sus compañeros de clase que en muchos casos están simplemente probando suerte, sin tener una mala intención inicial de qué hacer después con esas imágenes en caso de obtenerlas.

Muchos chicos, sin embargo, solicitan el contenido de forma depredadora y amenazante, lo que lleva que haya chicas que acaben enviando sexting a chicos que apenas conocen. Son estas imágenes las que acaban normalmente siendo utilizadas para practicar el ciberbullying, ya que se suelen publicar con más facilidad en sitios públicos de Internet.

Las aplicaciones supuestamente seguras utilizadas para el sexting como Snapchat o Facebook Poke siguen teniendo fallos de seguridad que permiten que se puedan guardar las imágenes, por lo que la falsa sensación de seguridad que ofrecen estos programas no hace más que aumentar los casos de sexting al tenerse cada vez menos control sobre este tipo de imágenes.

Aparte de confiscar el teléfono, hay poco que los padres puedan hacer para evitar este tipo de prácticas, afirman. De momento, no hay firewalls o filtros capaces de bloquear de manera efectiva el envío y la recepción de este tipo de contenidos, menos aún considerando que existen aplicaciones para practicarlo que están diseñadas para aparentar ser otro tipo de aplicaciones (calculadoras, navegadores…) y así engañar a profesores y padres, incapaces de detectar por qué medio se están compartiendo este tipo de imágenes y vídeos.

El informe reclama como fundamental que haya una mejor educación afectivo sexual, en donde se debe tener en cuenta que las redes sociales forman ya parte de la vida social y amorosa de los adolescentes, y no centrarse solo en los aspectos biológicos de la sexualidad. Enseñar a los niños a decir NO en Internet, o qué tipo de contenido sexual es inapropiado, es tan importante como conocer el aparato reproductor. Muchos profesores, sin embargo, encuentran imposible tratar con niños de 13 o 14 años el tema de la pornografía, o el porqué algunos comportamientos que aparecen en ese tipo de películas son degradantes: la causa suele ser que los padres simplemente no permitirían que se hablase de pornografía con los alumnos.

Por muy incómodo que sea, los expertos creen que tanto los padres como los profesores deberían hablar sobre el sexting y la pornografía con los alumnos, eso sí, de forma cooperativa y compartiendo la responsabilidad.

Fuente: The Independent.

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Recomiendan incorporar el sexting al curriculum de Educación para la Salud

Un estudio de la Universidad del Sur de California, dirigido por Eric Rice y recién publicado en la revista Pediatrics, asocia el sexting entre adolescentes con una mayor probabilidad de un comportamiento sexual de riesgo. Los adolescentes que practican sexting son siete veces más propensos a ser sexualmente activos que los que aseguraban que no usan el móvil con fines sexuales. El trabajo advierte además de que el riesgo es aún mayor en el caso de los adolescentes de más edad y que no son heterosexuales.

Los investigadores se basaron en un amplio cuestionario a 1.839 estudiantes de instituto en Los Ángeles. El 75% de los que participaron tenían teléfono móvil y lo usaba todos los días. De ellos, casi el 16% (12% del total de estudiantes) reconoció haber enviado algún mensaje o una foto de sexo explícito y casi el 54% (40% del total) aseguró conocer a alguien que practicaba sexting.

El estudio de Rice indica que las chicas que habían enviado fotos desnudas con su móvil eran las que más probable era que tuviesen también una relación sexual de riesgo, que tuviesen varias parejas sexuales o que consumiesen alcohol y drogas antes de practicar el sexo. Esta relación con prácticas de riesgo confirma las advertencias de un anterior estudio del Centro de Investigación sobre Delitos contra los Niños, de la Universidad de New Hampshire y otro de la Universidad de Texas.

La conclusión de los autores del estudio es que el sexting más que un sustituto del sexo físico, forma parte de un conjunto de prácticas sexuales de riesgo entre los adolescentes. Recomiendan a los médicos que hablen del sexting con los chicos de una manera amistosa como manera de introducir el debate sobre las prácticas de riesgo en general con el fin de prevenir ETS y embarazos no deseados, así como introducir el sexting y sus riesgos en el curriculum escolar de educación sexual.

Fuente: Sexting.wordpress.com y Revista Pediatrics vía 20 minutos.

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