Aparte de las cuestiones legales o educativas asociadas al fenómeno del sexting, y de los casos trágicos asociados a él como el de Jessie Logan, surge la cuestión de por qué, exactamente, envían este tipo de mensajes los adolescentes. ¿Es una nueva revolución sexual, o es simplemente una moderna forma de ligar? Los estudios más citados sobre el tema mencionan que la presión de sus iguales condiciona a las chicas que envían sexting: para el 51% de las chicas la presión de un chico es un factor relevante, mientras que el sexto opuesto sólo lo es para el 18% de los chicos (National Campaign to Prevent Teen and Unplanned Pregnancy).
Conseguir atención puede ser otra motivación: 2/3 de las chicas y chicos en esa misma encuesta dijeron que usaban el sexting para ser graciosos o para ligar.
Según un estudio de menor amplitud presentado en una conferencia sobre salud mental en Canadá no se ha encontrado evidencia de que los adolescentes usen el sexting como una herramienta para mejorar su estatus social. Para la psicólogoa Susan Lipkins, autora del estudio, el sexting podría ser un síntoma de una revolución sexual en la cual compartir material erótico sería común.
«El sexting es sólo la punta del iceberg. Refleja el sexo informal, los cambios en la manera de apreciar el propio cuerpo, la privacidad, la propiedad, el espacio físico y personal.» Para ellos, la sexualidad es parte de la cultura, emblemático de una atmósfera hipersexualizada. En efecto, el rollete casual ha reemplazado prácticamente el salir juntos entre muchos jóvenes adultos, según algunos sociólogos.